domingo, 5 de octubre de 2008

El límite de Lola


Hola soy Lola. Os cuento. ¡No puedo más! Sólamente hace una semana que Goya y Vicente, los padres de Javi, se mudaron al 2ºB de Mirador de Montepinar, el edificio donde vivo con Javi, y ya estoy estresada perdida. Los dos primeros días, Goya, llamaba al timbre unas siete y ocho veces al día para pedir tonterías. Ya a partir del tercer día ya tenía llave propia y entraba más veces. Tiene que asumir de una vez que ya me ha casado con Javi, ya no tiene nada que romper. Estoy harta de ella, y encima Javi le da siempre la razón. Menos mal que el padre, Vicente, no ha salido así, es más tranquilo. Yo no sé cuánto tiempo voy a poder aguantar esto. Nos vemos. Adiós.

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